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El mantenimiento correctivo es el proceso de reparación que se lleva a cabo cuando un equipo o sistema ha fallado o presenta una avería. A diferencia del mantenimiento preventivo, el correctivo se realiza de manera reactiva, es decir, una vez que el equipo ya no está funcionando correctamente. El objetivo principal es restaurar el equipo a su estado operativo normal mediante la identificación y reparación de las fallas. Este tipo de mantenimiento puede implicar la sustitución de piezas dañadas, ajustes técnicos o incluso reparaciones mayores, y suele ser más costoso y urgente debido a la interrupción del servicio o funcionamiento del equipo afectado. 

Es un conjunto de acciones programadas que buscan anticiparse a posibles fallos en equipos o sistemas. Su objetivo principal es mantener el funcionamiento óptimo de los dispositivos, prevenir averías y alargar su vida útil. A través de inspecciones, ajustes, limpiezas y pruebas regulares, se pueden detectar y corregir problemas menores antes de que se conviertan en fallos graves, garantizando así la continuidad y eficiencia de los equipos. Este tipo de mantenimiento es esencial para evitar paradas inesperadas y reducir los costos asociados a reparaciones o sustituciones. 

Un autoclave es un dispositivo utilizado para la esterilización de instrumentos, materiales y equipos mediante el uso de vapor a alta presión y temperatura. Su función principal es eliminar bacterias, virus, hongos y esporas, asegurando la completa desinfección de los elementos. Los autoclaves son comúnmente utilizados en hospitales, laboratorios y clínicas para esterilizar equipos médicos, así como en industrias como la farmacéutica y la alimentaria.

El proceso de esterilización en un autoclave suele alcanzar temperaturas de entre 121°C y 134°C, lo que garantiza una destrucción eficaz de microorganismos en un tiempo determinado.

Para generar vapor en un autoclave, se recomienda utilizar agua destilada o agua desmineralizada. Este tipo de agua ha sido tratada para eliminar impurezas, minerales y sales que podrían acumularse en el sistema de generación de vapor, lo que ayuda a prevenir la formación de depósitos de cal o corrosión en el autoclave. El uso de agua no tratada puede dañar los componentes internos del equipo y reducir su eficiencia y vida útil, además de comprometer la calidad del proceso de esterilización.